Hoy empezamos una nueva sección a la que llamaremos…
A pray for Amazonas!
Ésta será una sección destinada a hablar de esos tebeos que, en mi modesta opinión, no valen siquiera el papel en el que están impresos. En definitiva, hablaremos de…
¡MIERDAS!
Para formar parte de esta sección se deben dar tres coincidencias.
- Que me salga del pijo.
- Debo poseer el tebeo físico en mis manos en el momento de hacer la reseña.
- El cómic juzgado en mi opinión es absolutamente vomitivo.
Nada más y nada menos, que yo tengo tebeos malos, sí, y muchos… Pero ganas de reseñarlos no tengo tantas. Es lo que hay.
Dicho esto vamos al asunto…
Ya estoy aquíiiiiii…
Hay cierto consenso en que Rob Liefeld es uno de los autores más nefastos del panorama comiquero mundial (Peter David dijo que era el Ed Wood del mundo del cómic) pero no, no voy a analizar un cómic de Liefeld. Yo voy a analizar algo peor, vamos a hacer la reseña de un cómic de sus secuaces… Siendo Liefeld un auténtico infraser, no sé cómo llamar a sus imitadores, a los que hacían cómics a su imagen y semejanza… Y no negaré que a poco que supieran ya mejoraban al maestro, pero luego tenían que esforzarse en que esa superioridad no se notara y visto lo visto lo lograban.
Con estos precedentes ya os podéis imaginar que el cómic del que hoy es una joyita de eso que en su momento se llamó Image Comics, el tebeo de hoy se titula…
BLOODSTRIKE
(concretamente el número 3, que a su vez es la Parte 4 de un crossover que se llama Blood Brothers y en el que se mezclaban las diversas series del Extreme Studios creando un mejunje de una contundencia absoluta)
Contexto:
Los 90 fueron unos años convulsos para el cómic norteamericano. En esa década se hicieron, sin lugar a dudas, una gran cantidad de tebeos terribles, cómics malos a matar. Los 90 son, de calle, la peor década para los superhéroes… Así como los 80 tuvieron fogonazos brillantes, o si miramos a la producción actual encontramos cosas majas, en los 90 caímos en las veleidades de los hot artists, en las estrategias editoriales más chungas, y en multitud de cosas que no me pondré a enumerar pero que dejaron un legado auténticamente nauseabundo. Para mí los puntos clave fueron dos.
- Las editoriales seguían estrategias con la única finalidad de estrujar la rentabilidad de sus productos (números uno sin ton ni son, crossovers por puro gusto, historias vacías tras dibujos excesivos, hologramas en las portadas, etc…).
- Los autores pensaron que los lectores eramos gilipollas (posiblemente con razón).
El resultado fue una bazofia absoluta. Los tebeos Image, tonterías como la Saga de los Clones de Spiderman, Heroes Reborn, el famoso Capitán América de Liefeld, plagios descarados, etc… Se sacaban tebeos con hologramas, con relieve en la portada, un número uno especial, la nueva chorrada de Jim Lee, un tebeo con cinco portadas distintas, y encima se vendían como churros… Luego se pinchó la burbuja, pero eso es otra historia. He dicho que no me iría por las ramas así que… Al turrón.
BloodStrike #3 (1993)
En la portada vemos a Cable un tío asfixiando a otro tío. Destacaremos de la portada los siguientes elementos. Músculos, dientes, y caras enfadadas… Fijaos que no se ven las manos, eso es habilidad por parte del dibujante, todos sabemos que las manos son difíciles de dibujar. Las rayitas sin sentido campan a sus anchas… Eso será una constante de aquí en adelante, músculos, dientes, caras enfadadas y rayitas everywhere.
Memorizad estos nombres
Aquí tenemos al equipo creativo… Una panda de homeless encabezados por el gran Rob Liefeld que figura como Creator, Story y Layouts. Vamos…Que mientras se toca la chorra los demás trabajan y él se queda la pasta.
La primera página es un aviso… Este cómic es para hombres, cara cabreada, dientes, rayitas (os dije que era una constante aunque me faltan más músculos) y un aviso de… “Léete el comic #1 de Brigade para pillar todos los detalles”, y el aviso lo firma Kurt. Los que recuerden el equipo creativo sabrán que Kurt es el Lettering and Editor. Está bien que lo escriba él y no la mujer de la limpieza; y el hecho de firmar las notas al pie es mucho firmar. En cualquier caso la idea es clara… Si quieres pillar los detalles compra más tebeos nuestros, con eso hay dos conceptos en juego. 1) Compra más. 2) Hacer creer a la gente que hay historia (buen intento).
La segunda y tercera página son una splash-page de un puñetazo que hace volar a Cable un tío por los aires… Me encanta comprobar que el 10% del tebeo se dedica a un puñetazo. Es un puñetazo importante, supongo.
Gracias a esta splash-page se consigue otro prodigio… No encontramos la 3a viñeta hasta la página 4. ¡Bravo Extreme Studios!
En la quinta página hay una churri con alguna enfermedad extraña en los brazos, una enfermedad muy característica en las féminas dibujadas por Liefeld…
Es fantástico ver como dibujantes que no son Rob Liefeld acaban copiando los defectos de su mentor en una cosa que vendría a ser como la hemofilia de los Borbones, lo llamaremos “marca de la casa”.
Entre gritos y discusiones trascendentes llegamos a la página 8 en la que hay otra mujer que…. Bueno… Digamos que también es rara… O al menos es más rara de cintura parriba.
Y en este bulevar de personajes alucinantes no se queda atrás un tío cabreado que se destapa realizando una tremenda imitación de Batman.
Brillante (el arroz que no se pasa).
Las próximas páginas son más puñetazos y saltos varios… No, no hay fondos. No son necesarios.
Al final Batman el tío cabreado y la chica con problemas en la espalda se unen y la ¿historia? sigue, pero eso ya lo veremos en el Brigade #3 que no tengo… Ahora me quedo con la angustia de saber como acaba.
En esta página final echamos de menos a Cable un tío y un cacho de pierna izquierda del imitador de Batman.
Luego viene el correo de lectores donde se reproducen multitud de cartas encabezadas generalmente por un formal “Dear Rob…”. Me consta que a menudo recibían cartas con cabezas de caballo dentro pero que esas no las reproducían. Y detrás del correo hay unas páginas más de tebeo que no sé de qué van ni a qué vienen, y alguna portadita de relleno que eso siempre va bien… La cuestión es darle grueso al tebeo, que no es fácil grapar el aire.
Y fin.
Bonus track: Curiosamente lo mejor de todo el cómic lo encontramos en los anuncios…
Hubo hostias… Supongo.
Los veteranos recordamos lo agria que se volvió la relación entre los autores de Image (como McFarlane) y cualquier otro autor que estuviera alfabetizado (p.e. Peter David o John Byrne). Que anunciaran un encuentro McFarlane vs David era como mínimo un combate comparable a un Hulk vs Thor. Tendré que repasar los “But I digress” de David para rememorar esa época, se me hace la boca agua sólo de pensarlo.
Ahora sí, fin.
…
Pues sí, gente… Los 90 fueron así, tebeos como éste hay muchos… Fueron tiempos duros. Ahí nos curtimos, ese fue nuestro Vietnam particular.
Y hasta aquí la primera entrega de “A pray for Amazonas”.
PD: Para curiosos. No, este tebeo no es ni comprado, ni prestado, ni robado. Me lo dieron de regalo en Gigamesh por no sé que rollo del Previews que siempre les sobraban mierdas.